-¿Qué te pasa?
+Nada.
-¿Quieres algo?
+No.
-¿Te encuentras bien?
+Perfectamente.
-¿Te apetece hablar?
+Nah.
-Te invito a mi casa.
+No necesito tus mierdas, ni nada que sea tuyo. Estoy harta de que me dejes de lado, que me olvides en un rincón como un juguete roto, que no me prestes atención, que te creas mejor que yo. Eres una mierdosa engreída que no se preocupa por nadie, y que crees que por ser hija única eres mejor que nadie. Te crees el centro del universo, pero ningún chico te mira, y nadie te necesita.
-Mejoramiga, te has vuelto gilipollas.
2 comentarios:
A veces decimos cosas que no pensamos, las personas somos así de impulsivas y todos le hacemos daño a quienes más nos importan...
Dale un tiempo, quizás no se ha vuelto gilipollas y solo está pasando por una mala racha...
Un abrazo bonita, cuídate :)
Tienes razón, Lucy, pero por desgracia, lleva ya un año así, y estoy empezando a desesperarme.
Cuídate tú también ;)
Publicar un comentario